miércoles, 8 de agosto de 2012

Recuerdos permanentes

[...] Me paro delante de aquel colegio y recuerdo con una gran sonrisa los grandes momentos que pasé allí. Donde conocí a los que hoy son mis amigos. Cada día era una aventura más en el tobogán y con las tartas de tierra. Cuando pasamos a primaria nos creíamos los reyes del patio. Podíamos con todo. Siempre en pandilla. Después del comedor, un buen partido de fútbol y un poco de escondite para completar bien la tarde. Y como no recordar todas las caídas que has presenciado y vivido. Esos amigos que siempre estaban dispuestos a todo, a echarte una mano en los momentos difíciles o compartir contigo los felices. Cada fin de curso, una gran fiesta. Todos aportaban su granito de arena y juntos, conseguíamos hacer que ese día se sumase a la lista de lo inolvidable.
Cuando pasamos a la secundaria, ya nos parecía un poco más grande aquello, pero no lo suficiente como para echarse atrás. Cada año vivido como si fuese el último. Con sus inolvidables viajes. En Madrid, dos días intensos cargados de emociones y diversión. Francia, mi mejor viaje, el que nunca olvidaré. Cada día se resumía en risas, diversión y aventuras. Compartiendo cama con amigas. Bailando hasta tarde. Las tareas que nos unían a todos más. Ese día inolvidable en Los Pirineos con las palas con mis mejores amigas y con Abel dando sus volteretas. Siempre los dos de bromas en la furgoneta, lo que hacía que las horas de viaje se convirtieran en minutos.
Y si en algún momento de mi vida lo paso mal, tendré a mano estos recuerdos permanentes que podrán con cualquier cosa y entonces diré muy alto: "Hoy, gano yo".

                                                                                                                 
 Lorena Cazorla

2 comentarios: